Perdemos Todos
“Perdemos Todos” Crisis Covid-19
Por Claudio Luna
25 de marzo del 2020
Trabajadores, pequeños y grandes empresarios, amanecen con la misma incertidumbre, que crece y se extiende. La crisis sanitaria del Covid-19, combinado con el papel tímido del gobierno, los deja con la peor parte dentro de la crisis, al menos que no se desenvuelvan dentro del negocio de medicamentos, clínico, alimentos, entre otros, que se denominan, de primera necesidad.
Esto ha cambiado, dramáticamente. Los presupuestos y planificaciones financieras, para este año, que justo venía entrando en su segundo trimestre, han quedado sin utilidad y sólo sirven para tirarlos al zafacón, de la noche a la mañana. Los cargos fijos de este tipo de empresas y cómo hacer frente a los compromisos que se acumulan día a día, es más que suficiente para que este sector de la economía se mantenga en un estado de histeria y locura, sumado esto a la devaluación que han tenido millares de empresas a nivel global.
Entre ese grupo de gastos ineludibles, la protagonista es la NOMINA del personal que debe ser afrontada los días 15 y 30 de cada mes en nuestro país. Muchos dueños negocios han decidido soportar, en base a lo dicho por el Presidente el día 17 pasado y por motivos de humanidad, el costo de la quincena que corresponde al día 30 de este mes de marzo, pero, ahí mismo surgen varias preguntas:
¿Qué pasará más adelante?
¿Qué esperar para el mes de abril, mayo y siguientes?
¿Cómo pagar la nómina que corresponda al 15 de abril y las venideras?
Constructoras, oficinas de ingenieros y arquitectos, publicitarias, consultorios dentales, bares, restaurantes y hoteles, grupos musicales y entretenimiento, gimnasios, clínicas de cirugía plástica, talleres de mecánica, importadores y tiendas de materiales eléctricos y de la construcción, tiendas, compañías y corredores de seguros, productores de cemento, hormigoneras y efectos ferreteros, concesionarios y vendedores de vehículos nuevos y usados, entre muchos más, ya que la lista es interminable, no entran en el segmento de servicios básicos o de primer piso y el trabajo remoto no es posible o insuficiente en una gran parte, pero si están afectadas, al menos, por dos de las tres de las causales que establece el artículo 51 del Código Laboral, para la suspensión de los contratos de trabajo.
En ese sentido, veamos qué nos dice el Art. 51 del CT:
Son causas de suspensión de los efectos del contrato de trabajo:
………4. El caso fortuito o de fuerza mayor, siempre y cuando tenga como consecuencia necesaria, inmediata y directa la interrupción temporal de las faenas;
- La enfermedad contagiosa del trabajador o cualquier otra que lo imposibilite temporalmente para el desempeño de sus labores;
(El artículo 7.15 del Reglamento 522-06 sobre Seguridad y Salud en el Trabajo, establece: “El empleador tiene el deber ético y moral, así como la obligación legal, de tomar medidas de control ante cualquier riesgo que haya sido identificado, independientemente que esté o no contenido en dicho reglamento)
(El numeral 8 del artículo 62 de nuestra Carta Magna, sobre el Derecho al Trabajo, establece: “Es obligación de todo empleador garantizar a sus trabajadores condiciones de seguridad, salubridad, higiene y ambiente de trabajo adecuados. El Estado adoptará medidas para promover la creación de instancias integradas por empleadores y trabajadores para consecución de estos fines”
- La falta de fondos para la continuación normal de los trabajos, si el empleador justifica plenamente la imposibilidad de obtenerlos.
Según hemos evaluado, el 85 por ciento del sector empresarial, estaría dentro de este quintil en República Dominicana, que NO se dedica a vender bienes y servicios para la subsistencia humana, pero está en una encerrona sanitaria y económica. La falta de una respuesta real y eficaz ante la pérdida de ingreso vía el empleo, crea una situación aún más estresante para estos actores. No creamos que acogerse a una suspensión laboral de su personal para este tipo de comercios, es la solución al problema, ya que esto sólo constituye una parte de la crisis, teniendo que lidiar con:
(1) la falta de ingresos por la ausencia de ventas nuevas;
(2) la mora de los clientes para el pago de facturas en atrasos, porque nadie les paga en el actual caos;
(3) el pago de alquileres y compromisos fijos;
(4) pago de servicios básicos;
(5) compromisos bancarios, impositivos, que aunque se difieran, seguirán vivos y acumulándose y sin asomo de reales paliativos, son solo parte de los retos adicionales.
Cierre de hoteles, restaurantes, negocios de diferentes tipos, es un hecho consumado. Al momento de redactar este artículo, se calculan en 770 mil empleos que ya han sido suspendidos, sólo en el sector Turismo, Construcción y Zonas Francas.
Este proceso de suspensión, conlleva un trámite ante el Departamento de Trabajo de cada empresa, según su ubicación, con ciertos requisitos y anexos que la ley contempla.
No culpemos a las empresas del sector privado, más golpeadas en esta calamidad, por la solicitud masiva que están siendo sometidas por ante los departamentos de trabajo correspondientes. Estos empleadores, en su mayoría, han asumido una mayor parte del caos, que el propio gobierno, que ha hecho poco, ya sea por mala gerencia o porque sencillamente, estamos ante un Estado sin recursos.
Muchos de esos dueños de empresa, se han metido las manos en los bolsillos pagando, hasta el momento, sueldos, seguridad social y demás compromisos que no se detienen, sin estar produciendo un centavo, por estar cerrados.
La suspensión masiva de los trabajadores es una realidad. Miles de trabajadores van rumbo a sus casas sin dinero y cientos de empresas al cierre total o parcial, por lo menos por 90 días, prorrogables.
El Estado, que es de todos, debe de actuar y buscar el equivalente a un seguro de desempleo e inoperancia empresarial, sin dar más largas.
Mucho más triste es el caso de, un poco más de 2 millones de trabajadores informales, que tenemos en el país y que superan, altamente, los dominicanos que cotizan en la seguridad social los cuales se debaten entre exponerse el virus, al salir a la calle o padecer de hambre, guardando la cuarentena en la casa.
Estas son emergencias para ser lideradas por el Presidente. Esperamos ver un cambio notorio en esta forma de afrontar la calamidad, cuando el mandatario Danilo Medina se dirija al país, nueva vez, en la noche de hoy miércoles 25 de marzo del 2020.
Claudio Luna
Luna & Reyes, Abogados